En algunas ocasiones, viviendas de un mismo edificio, pueden parecernos de diferentes tamaños a pesar de ser exactamente iguales. Y es que la elección del color así como la técnica para aplicarlo hace que la percepción que tenemos del espacio se vea totalmente distinta según el caso. Podemos conseguir que un espacio se vea grande o pequeño, alargado o estrecho… según los colores que apliquemos y como lo hagamos. Por ello, en esta ocasión vamos a hablar de cómo usar el color en nuestra vivienda para darle la perspectiva que deseamos obtener.

Debemos, por tanto, tener en cuenta la capacidad de percepción que tiene el color en nuestro ojo para así decidir qué tipo de pintura y efecto vamos a aplicar, por ejemplo:

  • Si pintamos una pared varios tonos más oscura que el resto, conseguimos resaltarla y por tanto darle más protagonismo que al resto. Además conseguiremos la sensación de acercarla hacia nosotros.
  • Si pintamos todas las paredes iguales en un tono oscuro y el techo de un color claro, visualmente conseguiremos que  el techo suba y por tanto el espacio se verá más amplio. Esta opción es idónea para habitaciones con mucha luz natural ya que conseguiremos profundidad.
  • Si contamos con mucha altura en los techos y queremos conseguir un espacio más íntimo y acogedor, debemos pintar el techo más oscuro que las paredes.
  • En el caso de los pasillos, donde las proporciones de las paredes no son las mismas a ambos lados, una opción sería pintar el techo y la pared del fondo en un color más oscuro que el resto de paredes, con ello, conseguiremos que la luz se redirija a las paredes y visualmente ampliamos el espacio pareciendo más ancho.

Además de lo expuesto anteriormente, debemos entender que cada color nos evoca diferentes sensaciones y emociones, por ello también es interesante tener presente el color con el que queremos decorar cada estancia de nuestra casa según la expectativa que tenemos con cada rincón de nuestro hogar.

  • Si queremos conseguir espacios amplios, los colores claros deben ser los elegidos. Todos ellos, consiguen reflejar la luz tanto natural como artificial, iluminando el espacio y haciéndolo visualmente más amplio. Teniendo entre ellos, el blanco como aliado principal.

 El blanco es el color más versátil que podemos encontrar para nuestro hogar y si además lo acompañamos con colores claros en el resto de decoración encontraremos el equilibro perfecto entre la armonía de la pintura y el resto del hogar.

Por otro lado un gris suave es capaz de crear un espacio elegante y sofisticado. No reduce la sensación del espacio y además nos permite jugar con decoración y textiles con colores más vivos.

Los tonos pastel, como pueden ser el azul, rosa o verde, nos aportan un espacio armonioso, delicado y tranquilo. Esta opción puede ser ideal para habitaciones infantiles.

  • Los colores oscuros son una buena opción cuando se intenta crear profundidad y sofisticación a un espacio. Estos colores además, aportan sensación de intimidad. Son ideales para lugares destinados a bibliotecas y despachos. Es necesario que vayan acompañados de una buena iluminación, bien sea natural o artificial para evitar el efecto contrario al deseado. Una buena combinación a la hora de decorar lugares con paredes oscuras pueden ser textiles en colores claros para aportar luminosidad al espacio. No olvidemos que este tipo de decoración aporta la sensación de elegancia, sofisticación,  lujo y modernidad a la estancia.

En realidad no se trata de pintar la vivienda en colores claros u oscuros, es más bien el estudiar el efecto que queremos obtener, la sensación que queremos que nos trasmita la estancia.

 La elección del color y la técnica aplicada es lo que marca la diferencia para transformar una estancia por completo. No dudes en preguntarnos, te asesoraremos para que consigas obtener el resultado más óptimo para tu hogar.